Entradas

Otro día de quimio y un nuevo aliado: UZO

Imagen
Hoy coloqué en mi estado de WhatsApp, que iba camino al IVM a quimioterapia. Gracias a aquellos que se importaron con esto. El apoyo siempre es importante aunque solo podamos responder "Gracias", pero siempre tendremos mucho que aprender, incluyéndome. En fin, había pasado un virus así que estaba intrigada de ver los resultados de los exámenes que debía llevar a la quimio. Aunque variaron un poco pero la Doctora consideró que estaban bien y mandó a colocar solo dos vacunas para levantar las defensas, hasta ahora siempre habían sido tres.  Aunque no puedo quejarme de mis reacciones a la quimioterapia, muy pocas de verdad. Nada de vómitos, nada de estar en cama por lo terrible del malestar... sí me dio un poco de mareo pero pero nada importante, si me cambio el gusto en la primera quimio pero fue temporal, sí sufrí nervios y depresión durante dos quimios y me dio lloradera pero reconozco que antes no descansé lo suficiente y también tuve algunos problemas de índole personal.

Un monstruo demasiado agresivo y un super héroe que no aparece en escena

Imagen
Los monstruos no existen, el cáncer sí. . Claro, no siempre es el mismo monstruo así como el cáncer no es el mismo y todos los cuerpos tampoco lo experimentan de la misma manera. Depende de dónde empieza el cáncer y en qué etapa está, si se ha extendido a otros órganos, así como el estilo de vida que acompaña al tratamiento oncológico. Obviamente, puedes contar con todo lo necesario para la quimioterapia pero sino se siguen las indicaciones del médico, está claro que las cosas no irán bien. Por cierto, a mi me dijeron que podía comer de todo pero yo estaba consciente que debía eliminar la proteína animal, el azúcar, los productos refinados y lácteos... cosa que estoy haciendo gradualmente... creo que voy bien pero aún me falta porque cometo mis "pecaditos".  Pero cuando recuerdo que con ello alimento al "monstruo" me hierve la sangre y me arrepiento. De hecho, en un tiempo en que abandoné completamente el estilo saludable, no me sentía tan bien. Debo mencionar

El cáncer me convirtió en una taza de cristal

Imagen
¿Por qué a los enfermos de cáncer se nos trata como una tacita de cristal? Piensen un poco, antes del diagnóstico ya  teníamos la enfermedad quién sabe por cuanto tiempo (en mi caso pudo haber sido casi 1 año) y llevábamos una vida normal, a veces sin ningún tipo de consideración por parte de la familia. ¿Ahora qué? Nos convierten en una tacita de cristal. Aclaro que las líneas anteriores las escribí cuando recién estaba diagnosticada. Actualmente, las cosas han cambiando mucho. Debo reconocer, que mi actitud ayudó a ello porque no permití que me trataran como una desvalida o que quisieran gobernarme. Todos querían hacer cambios drásticos en mi vida. Pero ¿acaso no es drástico que me digan que tengo cáncer? Es imposible adaptarse a esa realidad de la noche a la mañana. Igual sucede con lo que ello implica. Empezamos por las salidas... ya no podía hacerlo sola, según mi familia. Tenía que llevar escolta al supermercado porque... no sé... al parecer, el cáncer podía personificarse

El primer día del resto de mi vida

Imagen
Cuando tienes sospechas de cáncer, mil cosas pasan por tu cabeza. Es como si se detuviera el tiempo, es un antes y un después. Puedes asumirlo de acuerdo a la manera en que manejas la incertidumbre, ¿cómo has solido manejarla? ¿Has sido negativo? ¿Te has dado por vencido? O en cambio, ¿has dejado que las cosas vayan fluyendo mientras aceptas que las malas noticias forman parte de la vida? ¿Te has aferrado a alguien o a algo? Espero de corazón, que al menos hayas tenido a alguien que escuchara tus temores. Cuando se confirma el cáncer, una película pasa frente a ti. El cáncer no se siente como sentirías la hipertensión o la diabetes. Así que al menos cuando te lo diagnostican, no te lo crees, por muy bien que te hayas preparado antes de pisar tierra. Luego, está la familia, los amigos, la lástima, las lágrimas, la imaginación… sí, una imaginación fúnebre que va restando días a tu vida debido a esa indeseable palabra llamada “pronóstico”. Para colmo de males, vivimos en l